Elegir el color que llevarán nuestras paredes, no es tarea fácil, nos llena de dudas y aún a los mas osados, genera incertidumbres de como quedará el resultado final. La solución más sencilla es el color blanco, nos aportará luminosidad, amplitud y sensación de pulcritud.
Es ideal para decoraciones minimalistas y entornos playeros. Pero si queremos jugarnos a algún color es importante tomar en cuenta las siguientes consideraciones: Los colores cálidos: rojos, amarillos, naranjas, nos darán sensación de vitalidad y calidez.
Son ideales para habitaciones que no reciben luz natural o que, en nuestro hemisferio, están orientadas al sur. Como contrapartida, empequeñecen los ambientes.

Los colores tierra, nos aportan estabilidad, y sensación de contención. Los negros y grises nos dan sensación de elegancia y sofisticación. Es importantísimo antes de elegir un color estudiar la cantidad de luz que ingresa al ambiente desde las ventanas. Si tenemos poca luz deberemos elegir los colores más claros. Con el color podremos general ambientes armónicos y relajantes, o ambientes dinámicos, por lo que primero tenemos que pensar que tipo de ambiente queremos, para luego elegir el color. Una vez elegido el color del ambiente, el mismo se combinará con los distintos elementos que completarán el espacio: sillones, almohadones, cortinas, alfombras, tapizados y elementos decorativos, de esta manera generaremos una paleta de color para nuestra habitación, tratando que todos los colores combinen entre sí.